Bueno, venga, os contaré qué es lo que ocurre. No posteo desde hace mucho, y más que tardaré en volver a postear, porque desde hace mese mi vida gira alrededor de un solo objeto.
Tengo en el sótano un cuarto con las paredes llenas de dibujos de ese objeto, tengo montañas de papeles enrollados o tendidos en los respaldos de las sillas, en los cabeceros de la cama; por todos los rincones dibujos y más dibujos, anotaciones, recordatorios, notas, esbozos de nuevas ideas, rescates de otras viejas que vuelven después de haberlas desechado. De todos los tamaños, del post-it al A0.
Todos los días me levanto temprano por este objeto y bajo al sótano a continuar dibujando y pensando en él. Terminándolo, detallándolo, repasándolo una y otra vez.
Tengo una maqueta que hice para ese objeto, que representa el lugar del mundo donde estaría… si fuese a existir alguna vez. La hice cuando ni siquiera sabía que forma tendría aquel objeto. Por eso le reservé un hueco donde hoy cuatro maquetas distintas encajan, y donde otra, de madera, encajará, dentro de unos días.
Tengo en el ordenador 10 gigas dedicados a ese objeto: Fotografías, collages, más dibujos, planos, volúmenes, perspectivas, descripciones constructivas cómo armarlo y desarmarlo, textos que intentan explicar porqué y cálculos que intentan explicar cómo.
Tengo estudios:
sobre sus proporciones,
su escala,
la estructura que lo mantendrá en pie
y la piel que hará de él un lugar feliz y le dará sentido entre las demás estructuras y pieles que lo rodearían.
Estudios sobre esas otras pieles, esas otras estructuras, esos otros lugares felices de los que no he aprendido poco.
Estudios sobre cómo será recibido en el terreno, en el barrio, en la ciudad, entre los vecinos.
Y de cómo él recibirá, más sencillamente, a quien se le acerque y llame la puerta.
Toc toc.
Estudios sobre cómo le dará la luz, sobre cómo la atrapará y la llevará por su interior. Estudios sobre cómo se verá, de lejos en el paisaje y cómo el paisaje se verá desde su interior…
Estudios sobre topografía: planos, levantamientos, secciones…
Imágenes de la ciudad cortada como un trozo de carne viva.
E imágenes, mucho mucho más cercanas, de las tripas bajo la piel (ahí donde estará oscuro porque no llega la luz), que repaso amarrando de un órgano a otro, solucionando la continuidad como un puzzle que algún día pueda ser levantado.
Estudios sobre sus funciones y sobre su inutilidad también… Confieso que hay partes que solo puedo justificar por lo que tiene de hermoso y divertido, pero que bien visto no se ni cómo llamarlas. Rincones sin nombre. Los promotores me matarían.
Hace ya tiempo que no me preocupa.
Y así paso los días.
Hasta que, no muy tarde, pensando en él, me voy a dormir…
A veces, incluso sueño con él.
Podría odiarlo, por haberse instalado en mi vida como una suerte de obsesión. Pero siendo francos, no es una obsesión, es simplemente mi proyecto de fin de carrera… la herramienta con la que no me queda más que intentar demostrar lo que sería capaz de hacer, si me diesen la licencia, de una vez por todas, para el curioso ejercicio de la Arquitectura.
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