Want to be that string, oh, sweet dirty noise sexy dream.
La primera y la última vez que la vi yo estaba apoyado sobre un escenario que me llegaba por la barbilla.
Ella estaba a escasos dos metros de mi. Veía toda su silueta a contra luz dentro el aura del vestido blanco que llevaba, a excepción de la guitarra (la jazzmaster de mis sueños), y su cara iluminada desde no se sabía donde, y cuyos ojos, pintados con una oscura coquetería, no me miraron nunca. Cantaba con esa voz que tiene ella, que es mágica porque podría ser la voz de cualquier mujer a la que se le pida que cante con su voz… que chille sin miedo, y tocaba la jazzmaster como solo ellos saben tocar, como nunca había visto y quizá nunca vuelva a ver, sin método aparente, ni ortodoxia, ni academia, sin respeto como solo se puede prescindir del respeto cuando se folla con amor verdadero, y bajo la luz de esa técnica misteriosa salida de las tripas de los garajes y las aceras y la electricidad que corre por todas las espaldas de la adolescencia.
Mientras yo sentía la música atravesarme la entrañas, el alma vibrándome las células con su mimoso efecto Joule, y el calorcito del licor que nos habíamos traído de nuestra expedición a las tripas de aquel palacio de congresos, gracias a que si bien habían apagado las luces del resto del edificio, no había cerrada ni una sola puerta, lo cual incluía la cafetería y una azotea a la que salimos a fumar unos pitillos como dos astronautas a la noche de un extraño planeta.
Así, con la barbilla apoyada sobre el escenario, agradecía aquello al dios en que no creo,
y observaba en una especie de disonancia ocular que dan los momentos felices, esa bizquera interescalar que me hace poder ver un cuerpo entero al mismo tiempo que me voy fijando en detalles como su boca al cantar rozando la tela metálica del micrófono o la musculatura de sus piernas a contraluz o sus dedos doblando cuerdas o a las venas que corrían bajo la piel de sus pies, y que me hacían desearla más y más profundamente hechizado por el misterio de una mujer algo más madura que yo, por cuya historia me hago un montón de preguntas que, no se si por instinto depredador o por una sincera curiosidad que se me va a la piel, siento que podría responder si la vida me dejara perseguirla hasta el final, al menos por una vez, como si al poseerla a ella fuese también a poseer los días que lleva dentro y que ya nunca viviré (sus años de instituto, la época en que imprimían los carteles en fotocopias con recortes de cristos y lavadoras, los ochenta, los noventa avanzando como los cables y pedales corren todavía imparables por la moqueta del salón donde también juega su hija), lo que hay detrás de esa sonrisa a media luz, hasta el secreto de las cuerdas que vibra y retuerce estremeciendo el aire de mis pulmones en este mismo momento.
Hoy por una página web me he enterado de su nombre
Se llama “Kim”…
'Cross The Breeze
[Kim]
Let's go walking on the water
Come all the way please
I wanna know
Should I stay or go?
No need to be scared
Let's jump into the day
I wanna know
I think I oughta go
Close your eyes and make believe
You can do whatever you please
I wanna know
I think I better go
Let's go walkin on water
Now you think I'm Satan's daughter
I wanna know
Please let me go!
Just too quick
Now I think I'm gonna be sick
I wanna know
Should I stay or go?
I'm trying for the future
It's funny that way
I wanna know
I wanna know!
I took a look into the hate
It made me feel very up to date
I wanna know
Should I stay or go?
Hold me tight, down on my knees
So I don't go burning 'cross the breeze
I wanna know
I wanna know!
I wanna know
Should I stay or go?
Burning 'cross the breeze
Burning 'cross the breeze
Burning 'cross the breeze
…Kim.
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