lunes, 7 de junio de 2004

Samantha se ha ido a la 1… Me ha dicho "sta pwrontow" y ambos hemos preferido no esperar a que el bus salga para dejarla. Samantha cogerá en Madrid un vuelo que la llevará a Chicago, de ahí a Frisco y de ahí un coche hacia un pequeño pueblo llamado Chico.
Viajará con el sol.
Samantha viaja con el sol, por lo que cuando llegué allí, será el mismo día en que salió, pero ella será 9 horas mas vieja. Y cuando el Viernes me llamé, yo cogeré el teléfono desde el Sábado, y le preguntaré si se da cuenta ahora de cómo es todo tan grande en América.
Samantha llegará el mismo día en que salió pero 9 horas más vieja. El tiempo no habrá pasado más que por su cuerpo encerrado en el cielo. El tiempo se habrá perdido por un agujero del cielo de 400 plazas. En una carrera contra el sol a través de dos continentes.
Me vienen muchas formas a la cabeza para expresar el vacío. Pero creo que ninguna es tan gráfica como las 18 horas que Samantha envejecerá dentro de una máquina que cruza un océano sin que ella pueda apenas darse cuenta…. Para salir en un mundo que en el que solo han pasado 9.
Yo por mi parte regreso a casa con esa resaca amarga y dulce a la vez que me dejan las despedidas, con todos los “vaya se me olvidó decirle” y todas las cosas que nos han pasado en los 9 meses que vivimos juntos. Cuando llego a casa he repasado 9 meses lentamente, cuidando detalles que quizá antes no remarcaba… lo cual solo me habrá tomado el tiempo tres canciones de Guns and Roses que he tarareado hasta gritar y pegar emocionado el volante.
Me apetecía mucho algo realmente Americano.


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