lunes, 28 de junio de 2004

Something in the way

    Anoche viniendo del camino de Huetor vi dos siluetas como dos letras enes muy estrechas que saltaban alegremente caminando por la carretera, sin que se pudiese saber si caminaban conmigo o hacia mi … al acercarme yo, sin acelerar la marcha se fueron desviando hacia un lado del camino, eran dos perros que seguían mi misma dirección.
    Uno de ellos molesto por la luz se fue subiendo por un terraplén, el otro justo antes de seguirlo, giró su cuello un momento y me miró. Era un galgo, y sentí en su modo que mirarme que él sabía que era galgo y como tal, un personaje en el Quijote, secundario pero no por ello menos simbólico, quizá más. Me miró con tranquilidad, como si no pudiese sorprenderse de mi asombro ya, con simpatía y algo de cansancio... cierta sabiduría, en fin, de galgo flacucho y pachorrón: La consciencia de mi mitología de la que nunca se podría librar.
    Sentí por poner un ejemplo, lo que se debe sentir al ver a la Rollins Band a punto de desaparecer por una esquina y que de pronto el mismo Henry Rollins
se diese la vuelta un segundo para mirar a los ojos de quien los sigue con la mirada.
    Y sentí un enorme respeto hacia él.


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