Amor, me has llevado de la mano enseñándome cada pista como quien enseña una a una las bocacalles de un barrio... me has llenado de posibilidades, de visiones de calles de las que intentaba quedarme algún detalle para poder volver luego a cada una de ellas y recomenzar a explorar. Me has hablado con esa voz que hace que mi imaginación se ponga a contar secretamente con los dedos... para luego dejarme así, frente a un espejo roto, solo, con mis fantasmas recién creados.
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