Putas celebraciones anglosajonas,
a mi me persiguió, silenciosamente, un toro por un arroyo
y los árboles me ofrecían espadas,
-que no, que yo solo esgrimo palabras-
inutil, ni así,
y mi camisa de los NIN no servía de capote...
y los hombros me dolían como si fuese viernes santo...
mientras todos hacíais el idiota en vuestros Pubs.
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