Cuando pago en la caja del Mercadona, acostumbro a leer y repetirme en voz alta por dentro en nombre de la cajera del supermercado, por si las moscas, si hiciese falta, si por casualidad dijéramos algo más que gracias, buenos días… sería más agradable llamarla por su nombre. A veces mientras pasa las movidillas por el lector bip bip, me da por preguntarme que pensará o cual sería su historia, la imagen de su vida emborronada por la mecánica del supermercado, si sabe que el lunar que asoma por el principio del pecho podría volver loco a un hombre.
Me pasa muchas veces cuando por un instante me abstraigo viendo trabajar semimecánicamente a los desconocidos… quizá porque cuando yo trabajo semimecánicamente, también tengo la cabeza haciendo zapping de un lado a otro de mi vida, repasando recuerdos, lamentando alguna estupidez, decidiendo pequeñeces o incluso contándome chistes. A veces incluso me rio. Otras me troncho y tengo que meterme en algún rincón a partirme a gusto… a veces no me da tiempo y se me escucha pegar una carcajada mientras atravieso la calle en mi motoreta.
Y la idea de que no creo que sea el único al que le ocurra esto, hace que además de preguntarme mil cosas, memorice por un rato el nombre de una cajera en el supermercado, porque si por algún casual algo nos sacara de esa abstracción, de ese gesto que repetimos mil veces al dia mientras la vida nos pasa de puntillas por la cabeza, no sin tropezar de vez en cuando, porque hay cosas que no se pueden esquivar y nos arrancan media sonrisa o una cara extraña que a penas se puede percibir sobre el escaner bip bip…
…siempre será menos duro si la llamo por su nombre.
Y la pregunta que viene detrás de esta, es si podría estar planteándose, de algún modo, estas mismas cuestiones…
Joven, vive solo, podría parecer un estudiante pero ya no lo es, no gana mucho (o se lo gasta en gadgets, música, videojuegos y/o drogas), le gusta comer sano y cuidarse pero sin paranoias y tampoco está a dieta (los chocopops) y aunque vive al día, le gusta darse sus pequeños homenajes (el vino, el vermouth y el camembert). Hace una compra rápida y posiblemente pasa por esta caja bastante a menudo.
Lo que dice la cábala: Es usted el joven con camiseta y camisa superpuesta, pantalones anchos y zapatillas de deporte medio. Es muy probable que lleve colgando del cuello un reproductor de mp3 y que tenga el mejor culo de la caja. También es usted susceptible de ser de los que van con prisas, y tienen una expresión reconcentrada en la mirada. Que sea un poco loner y que esté buscando su sitio en el mundo (como todo Cristo, ésta es fácil). Que sea una persona que no se anda por las ramas y bastante directo, aunque tímido. Es también probable que huela bien (aunque no a perfumes) y es usted lo bastante responsable y cuidadoso como para preparar sus citas y lavarse previamente, de lo cual se deduce también que es bastante probable que no tenga demasiadas, más que nada porque no quiere y tampoco le vale cualquiera.
Ah, y le gustan los NIN. Pero eso lo sé porque le oí tararearlos mientras hacíamos cola para comprar el pan en la tienda de Marta y yo me entretenía mirando su culito. :D
Esto es lo que puedo decir sin verle la jeta y sin haber visitado su blog, suponiendo que tenga uno.
(Luego, si las sombras hablaran mientras me alejo y sigue con lo suyo, el escaner, los botones, alguna duda quizá: …lo del blog es de cajón, lo de NIN me tiene entre perplejo y mosqueado... Mejor que no abra la línea de bruja todavía, la verdad, empezaría a darse cuenta en cuanto viese alejarse mi pequeño culillo... pero no deje de practicar).