You come form a perfect world,
a world that thrown me away today.
Marilyn Manson
El hipismo, es decir, las ideíllas luminosas que se deslizan hoy día y bien maduradas por nuestras hermosas cabezas del escarmentado siglo XXI, me da a veces tanto miedo como una especie de nacionalismo ideológico, ciertamente intolerante y sutilmente acusica.
El otro día sin ir más lejos, iba yo ha hablar de unos aviones muy pequeñitos preciosos que cruzaban el cielo en formación, y tuve que apresurarme a pedir disculpas avergonzado de haber visto en mi vida un desfile militar. Vaya, como si el cruzarse por un país que ha elegido celebrar así su fiesta nacional de ese modo y asombrarme al ver maquinitas de tres toneladas bailando como plumas en el cielo me convirtiese en militarista.
Pues que sepáis todos que un tanque con bandera griega da un buen rollo que te cagas, porque la bandera griega es bonita con cojones y huele a verano y a islas y a luz mediterránea, y un tanque, a cualquier hombre que haya sido Niño, le impresiona, por su aire animal, su misterio naval, quizá un instinto fálico, ¿por qué no?.
(Yo he disparado un arma con mis manos, y no una simple arma de caza sino un pistolón de esos de matar gente, y he sentido la náusea del poder de una bala de 2centímetros, lo vertiginosamente suave que es un gatillo, y ese tacto me ha dado una enorme tristeza y me he prometido a mi mismo no volver a empuñar un arma nunca más. No hablo sin conocimiento de causa).
Lo que os quiero decir es que basta que me intentéis poner en contra de algo haciéndome negar por la fuerza lo que ese algo pueda tener de hermoso y de impresionante, para que os arañe la cara, si hace falta, para escapar, y salga volando. E incluso me vuelva más horrible de lo que vosotros me podeis hacer sentir, solo por joder o por defenderme, y sobre todo por reír, que reír es sagrado.
Yo también ansío un mundo mejor y también siento asco y frustración ante el presente.
Yo también defenderé las cosas en las que creo y en las que que seguro que en su mayoría vosotros también: defenderé, con uñas y dientes, lo hermoso y lo bueno, y atacaré lo malo, lo terrible, lo injusto, lo miserable.
…Pero no me pidáis que milite. Eso, no: No militaré por nada ni por nadie.
Sugerirme solo un poco las barrotes de una jaula y saldré volando, aunque sean los barrotes de la luz cegadora de una bella causa.
No voy a entregarme a esas personas que acaban por hacerme sentir asco de mi mismo por ser incapaz de ajustarme a su utopismo perfeccionista, militante, simplista, naïve y fariseo.
Aquellas que se distinguen por remarcar con gran inteligencia el horror de este infierno en lugar de buscar y preocuparse como una misión secreta y humilde que se realiza cada segundo por distinguir “qué y quién en medio del infierno no es infierno y hacer que dure y darle espacio".
Ya me cuesta suficiente trabajo mantener cada día a raya al Terrible Ejercito de los Carcamales, pero prefiero seguir siendo feo, sucio y perverso antes que parecerme lo más mínimo a vosotros.
Y se que follaré menos, que me venderé más difícilmente (aunque anoche me dijeron que me parezco a Johny Deep, toma castaña), seré menos luminoso y sugestivo, pero en mi sana suciedad, seré libre y gamberro. Pasaré hambre condenado a vagar por el infierno, pero no me faltará la rica poesía que se escurre entre sus grietas, allí donde el infierno realmente flaquea.
Y vuestro Asco es ya mi Orgullo.
Viva el Amor y la Guerra.
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