sábado, 25 de junio de 2005

No se quien eres ni donde estás, igual hasta nos conocemos, igual no. Pero seas quien seas quiero que sepas que se que estas leyendo mi blog entero, post a post.
Y que te agradezco enormemente ese interés, esa paciencia quizá, ese detallazo, en fin.
Cuando he mirado las entradas del día, me he llevado una gran sorpresa: batiendo record de visitas, casi todas eran del mismo IP y encadenaban un post a otro.
Es gratificante saber que todo lo escrito no se ha quedado ahí flotando para siempre bajo la superficie del presente… En verdad, si te has leído ya el manifiesto, no solo sabes a que me refiero, sino que probablemente no pueda decirte ya nada que no intuyas a tu manera.
Si quieres ponerte en contacto conmigo, creo que podría ser interesante dado que después de mi mismo, probablemente conozcas este lugar mejor que muchos de los lectores más habituales -y en general más apreciados por lo que se dejan en este lugar-… y seguro que una visión global distinta a la de cualquiera, de modo que no te cortes si te apetece aportar algo aquí mismo o por email. Esta a tu disposición… no se si el comentario que he encontrado por ahí perdido era tuyo.
Por mi parte he de reconocer, aunque creo que el hecho de este post mismo lo deja bien visible, que tengo bastante curiosidad.
Si prefieres permanecer detrás de tu IP, igualmente, buen viaje por estos territorios y gracias, mil gracias por dar un poco más de sentido a Golfo.

jueves, 16 de junio de 2005

        Paso como paso todos los días por rincones tan queridos que secretamente se elevan a la calidad de las costumbres solitarias cotidianas. Habitudes rituales en las que creerías que vienes a ver si algo ha cambiado, como si checkearas que siguen intactos o te fuesen a sorprender, pero que en el fondo no esperan el cambio sino el solo placer de volver y volver, el placer tender los mismos ojos por el mismo paisaje, que vasta y sobra para sorprenderse cada vez. Y por eso vuelvo, gato, por eso vuelvo, irremisiblemente.
        He pasado de nuevo y mirando ahí en medio me he preguntado a qué tanto jaleo: Yo fumo también, me estremezco, me acobardo o me envalentono, me quedo parado, me lanzo, o huyo, o no, pero desaparezco sin demasiadas explicaciones… pero no podemos darnos todo el pensamiento, todas nuestras razones, así que soy uno más, uno más que vuelve con su, nuestra, historia secreta o sencillamente incomunicable, como un pájaro robado (si, otra vez) en el zurrón. Solo nos queda intentar comprendernos, sin adelantarse a traducir rápido, o tontamente, lo intraducible. Eso son los individuos, eso son las vidas que andan cosiendo las aceras. Y yo lo se y se que tu también lo sabes. O lo intuyo, al menos.
        ¿Y a qué tanto jaleo?
        Toco, adelantando la mano entre el murmullo sordo de los comentarios, y activo una vez más, en este día, el mecanismo…
        Apenas me da tiempo a reaccionar: por ahí no me lo esperaba. Corro a cerrar las ventanas, apresuradamente, me agacho, me tiendo en el suelo para escuchar mejor, mando a callar al mundo, me cago en tantos pequeños motores eléctricos… inconscientemente leo cosas que llevo años sin leer porque nunca estuve aquí tendido con ellas, mis cosas, cosas que son mías: A-Z, de 19… a 19…, alwa, 2 way bass reflex speaker system, video/aux… una cinta de Sonic Youth olvidada en la vieja pletina… Contengo la respiración, alargo el brazo y arranco de nuevo el mecanismo. Ahora, ya preparado, soy todo oídos relamiéndose los labios.
        Había lamentado tanto que no llegaran hasta aquí esas hondas hertzianas, pero me había callado… no obstante, si tarde o temprano, no he vuelto hasta tu voz, tarde o temprano tu voz ha llegado hasta mi. Y en ese susurro final he notado que las palabras no eran más que la excusa para ponerlo en ellas, el papel sobre el que dibujar su textura familiar, su velocidad, su cadencia azulada del humo que se oye arremolinándose y expandiéndose hasta perderse, vencido, en el aire, su dinámica de fluidos y su química de papilas, su humedad y su sabor a física contaminada de las palabras y pupilas tomando inserviblemente el relevo, de aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio, de decir una sola saliva y solo sabor a fruta madura.

lunes, 6 de junio de 2005

Música

Testigo recibido de Cascabel.

¿Mi contacto con la música?... -pregunta larga, se la vi a Mar... pueden dejarla para el final-

Mmmmmm... aparte de escuchar bastante música desde que me volvía loco con Mecano de chiquitillo, y hoy día también la verdad, de haber pasado esa época en que un gusto sin formar se balancea entre los Beach Boys, Ana Belén, y las cosas que escucha tu hermana mayor, hasta gracias a dios toparse con Elton John, y Queen (wellcome to rock and roll), y de ahí empezar tímidamente a subir hasta el jevi metal, en aquella época antibacalao con camisetas negras de calaveras y ranas, primera guitarra, moragas y sótanos, acné y calabazas como para ahorrarse un huerto en marte, todo tan brillante y tan sucio, jereis enormes y desilachados, hasta que se le bajan a uno los humos antieletrónicos, sobre todo cuando descubre a Nine Inch Nails y a Björk, la Mozart de los bits , lo cual hace que uno comience a replantearse las cosas... pero sin cambiar de jerseis... y así poco a poco te abres paso entre tu propia cabezonería en corriente contínua (DC) y alterna (AC)... Cultura Probase y Digital 21... la gente llamando a la radio como loca ¿quienes son esos tipos? Hasta que un dia, ya con más de una rave en el cuerpo, ves lo bien que entra la bosanova, descubres que Boris Vian no era solo un novelista... que quizá ya estas curtido, tio -piensas- y los Iron Maiden pudriéndose lamentablemente en un cassete de una estatería de tu cuarto en casa tus padres (gracias a dios que algunos de tus bares los mantienen vivos, quizá por eso acabas por volver), por lo menos hasta ligas algo, por fin se te ha pasado aquel aparatoso romanticismo adolescente que hacía que las niñas saliesen despavoridas en la moto del otro y te dejaran ahí solo con tus camisetas negras y tus poemas amoricoexistencialistas, que no estaban mal, la verdad, ahora que los releo... después de todo hincharse de leer debió servirme para algo... quizá simplemente les faltaba la ironía necesaria, la levedad de la que Kundera y Calvino tuvieron que hablarte explicitamente, porque no te enterabas, chaval, tenías la picha echa un lío... y luego Miller, Vian y Prevert acabar la faena, o casi, de ahí la magia: hoy ya no estas solo, y si aún no sabes qué contestar, puedes prescindir de ello. No, ya no eres el mismo,perdiste la inocencia pero ganaste la libertad, bastante más alegre y decididamente menos capullo, piensas cambiando el disco de Paris Combo como si te vieses a ti mismo resultando de haber escalado largas noches de trabajo y Jazz, de trabajo y de Flamenco que ha tardado pero por fin de hace sentir corriéndote por las venas junto a los Doors y David Bowie, noches de trabajo y del Fado, del que te enamoraste cuando le cogiste a tu padre aquel recopilatorio de Misia que había comprado años antes en una oferta del periódico, prodigyosas noches de trabajo y mosquitos de final de curso. Sin contar el largo tiempo que pasé junto a aquella músico que tenía pases gratis para la orquesta de la ciudad, que decía que los Pink Floyd era una mariconada, pero daba saltitos escuchando a Marylin Manson a la salida de Matrix, ¿esto que es?, ¡qué armonioso!, decía moviendo el dedito... -toma castaña- pero sobre todo que me descubrió a Jessie Norman. Como quien no quiere la cosa miras atrás y te quedas alucinado con la trayectoria... que hoy la música gotea por el cable del telefono y los cds se amontonan en archivadores garabateados con rotulador indeleble, cada uno cientos de canciones en mp3 (ese milagro con el que conseguiste encontrar por fin My life with the trhill kill cult, el nombre misterioso que brillaba desde hacía años en mitad de la banda sonora de El Cuervo), que luego te vuelves loco para volver a buscarlas... aunque en el fondo hay unas cuantas que no te hace falta buscar porque en verdad nunca han salido de la guantera del coche de mamá y un día, de pronto, el propio...
...en fin, aparte de todo eso que escribo improvisandamente, abusando de las comas al son de un ventilador, más de una vez he estado tentado a poner un cartel que versara más o menos así:

"Mal guitarrista busca no demasiado buen grupo para divertirse intentando hacer algo de música y armando bastante ruido"

...pero me ha dado mucha vergüenza.

Tamaño total de archivos de música que tengo en el ordenador:
18’6 gigas

Último disco que me compré:
mmmm, hace mucho que no compro discos… mi última adquisición ha sido el With Teeth de Nine Inch Nails… pero eso ha sido por San Emule, así que el último disco que me compré fue el People Are Like Seasons de Sophia.

Canción que estoy escuchando…
En este momento hace calor, tengo la ventana abierta y entra la música del vecino de arriba que desde dos plantas por encima inunda toda la calle... escucha(mos) la Flauta Mágica.

5 Canciones que escucho un montón y que tienen algún significado para mi…
…últimamente:


-Pig, de Nine Inch Nails

-El dia de la creación, de Vinicius de Moraes

-Anymore, de Digital 21

-The Train Song de The God Machine

-This is just a modern rock song de Belle and Sebatian

5 personas a las que les paso la bola…
A Olivia, a Jio, a Lobo no, que también se lo ha pasado ya Cascabel, a Mar tampoco que parece que ya ha hecho los deberes.... a Evam y a Lau.

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