miércoles, 4 de febrero de 2004

Adaptación

Ayer estuve trasteando con el Html. Me busqué una lista de correspondencia entre los colores y sus códigillos de 6 dígitos y me lancé a cambiarlo todo a ciegas, por el método ensayo-error, como me había dicho Mak.
Poco a poco cambiaban las cosas, me acercaba cada vez más a ese estado de gracia que consiste en que los resultados obtenidos se parecen cada vez más a las intenciones proyetadas, en fin, lo que se llama conocimiento de la técnica y no dar palos de ciego.
Más tarde, durante el día, supe que algo debía haber aprendido, porque aunque hacía horas que lo había dejado, mi cerebro no dejaba de enviarme ocurrencias como: y si ensanchas esta línea y cambias este tipo asi, cofrontas dos lineas que tiren de los ojos arriva, o pones el fondo como envejecido y en Courier que lo haría parecer una cronica de ganters en papel de oficina... y me subía otra vez y porbaba y probaba.
Lo que me gusta de este escaso conocimiento es que se limita a regiones coloreadas, rectángulos o barras, con tipografía cuyo estilo, color y tamaño también controlo. Y nada más. Y lo mejor de un juego tan sencillo es que las limitaciones de movimiento acaban por convertirse en las mismas excusas para moverse, aprendes todas las reglas, tu cerebro trabaja y trabaja, desarrolla estrategias, se resiste, comprende las cosas, y acaba burlándose de ellas a trávés de ellas mismas. Cuando aprenda a meter botones y un texto lleve a otro texto... ¿que ocurrirá? jejejeje. Se me pone cara de malote Se me pone cara de malote. No digo que me vaya a convertir en el master prodj del neoplasticismo web, pero me excita, me excita todo esto, y más me excita cuando lo veo desde mi pequeño reino de barras colores y tipos de letra. Oh si, me siento como Marinetti.

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